Desde su pequeña gran ‘fábrica’ de la calle Primitivo Gañán, en el barrio madrileño de Usera, Kubik Fabrik sigue apostando por la producción cultural innovadora que rompe la barrera entre el escenario y el público. Esta vez lo hace con un producto directo al corazón del imaginario colectivo: StoryWalker.

Mezcla de historias populares y leyendas urbanas extraídas de la memoria de los vecinos de esta zona obrera del sur de Madrid, StoryWalker es una aplicación para dispositivos móviles (app) en la que la propuesta es escuchar siete historias –que suman cerca de dos horas de locución- mientras se pasea por los escenarios/calles de Usera donde transcurrieron.

Captura de la app ‘Storywalker’ de Kubik Fabrik.

La iniciativa rescata el radioteatro pero lo saca a la calle de la mano de grandes voces como José Sacristán, Sergio Peris-Mencheta, Asier Etxeandía, María Adánez, Ariadna Gil, Fernando Cayo, Pepe Viyuela y los guiones de Miguel del Arco, Alfredo Sanzol o José Padilla, entre otros. Los audios se registran en escenarios urbanos, convencionales, con el fin de que al oyente le sea mucho más fácil sumergirse en el relato mientras se deja guiar por la geolocalización de la app que le va guiando hacia el “lugar de los hechos”.

¿Y cuáles son esos lugares? La calle Marcelo Usera, el estadio del Moscardó, donde en 1980 se celebró un polémico concierto de Lou Reed, la sala de fiestas Copacabana, hoy oficina de la Agencia Tributaria, el Bar Barajas…

Pero el carácter virtual de StoryWalker, que cuenta con una cuidada ilustración a cargo de Ana Bustelo, no hace obligatorio el paseo y permite disfrutar de esta propuesta, muy asentada ya en otros países como Inglaterra, desde cualquier emplazamiento, también desde casa.

Con este entrañable tributo a su gente, Kubik Fabrik sigue dando la talla en lo que a la formación de nuevos espectadores se refiere. Al mando de esta nave, el actor y creador Fernando Sánchez-Cabezudo (1979, Madrid) desembarcó en 2010 en esta zona de la periferia de Madrid para construir un espacio importado de otras ciudades europeas, donde “los nuevos núcleos culturales nacen en antiguas zonas industriales alejadas del circuito céntrico”.

Como nos contaba hace unos meses, el objetivo de Kubik sigue siendo el mismo “involucrar a las personas del barrio en el proceso creativo de las artes escénicas”, sin descuidar “la consolidación de profesionales de alto nivel”. Y es que el cartel de esta sala de teatro de alto componente social no excluye la visita de montajes avalados por reconocidos intérpretes. Entre las últimas referencias, Ramón Barea (premio Nacional de Teatro 2013) con ‘Sobre los perjuicios del tabaco’.

Kubik seguirá, por tanto, dando mucho de qué hablar desde su headquarter de Usera, ya que en sus casi cuatro años de proceso productivo ni las escasas subvenciones culturales, ni los escollos administrativos del Ayuntamiento de Madrid que obligaron a cerrar sus puertas durante unos meses, han impedido detener sus máquinas.